Escrito por Rodrigo López Vázquez (@RodrigoLVazquez)
En la jornada final del Torneo de Primera División de la AFA, Rosario Central recibía en el Gigante de Arroyito al campeón Boca Juniors para tratar de finalizar en la segunda posición. Tras la caída llena de polémicas ante el Xeneize por la final de la Copa Argentina, el clima estaba muy caldeado debido a que durante la semana desde la mayoría de los medios se incitó a la violencia sin ningún tapujo. Todo con el objetivo de poner en la tapa del Lunes la imagen de alguno de los jugadores o miembros del cuerpo técnico de Boca Juniors golpeado - como ya ha pasado en este estadio- por una piedra u otro objeto contundente. Ni que hablar del entrenador de Rosario Central, que con su actitud belicosa tiró por la borda su muy buen trabajo en este año donde los rosarinos se consagraron como uno de los mejores equipos del país. Más allá del bajón desde esa Semifinal de la Copa Argentina contra Racing - donde ganaron sin merecerlo ni jugar bien-, estaba claro que Central merecía una despedida de año acorde al buen rendimiento general que habían mostrado a lo largo de la temporada. Arruabarrena decidió llevar a Rosario una mezcla entre suplentes habituales y jugadores de reserva que están dando sus primeros pasos, con la presencia de muy pocos titulares en el plantel. Casi todos ya licenciados luego del doblete y yendo a cumplir con el trámite para cerrar una temporada irregular en el juego pero muy buena en los resultados.
El partido comenzó con muy poco de ambos lados, dos equipos tratando de salir con prolijidad desde el propio arco pero sin lograr saltar la guerra de piernas en el mediocampo. Cuando sucedía poco y nada tras la demora en el inicio - por las banderas en contra de la AFA que debieron ser bajadas de los alambrados- llegó el primer golpe: Monzón ganó en el medio, jugó largo para Colazo y el volante lanzó un centro atrás para Palacios cuyo remate fue bloqueado por un defensor. Chávez tomó el rebote solo frente al arco y con Caranta a contrapierna y puso el 1-0 con un disparo alto y lejos del portero.
Central tardó mucho en acomodarse, pero sin resignar su idea de a poco fue ganando terreno ante un Boca lleno de suplentes que hacía tiempo no veían minutos como titulares. Con buenas transiciones al ataque y sociedades óptimas en tres cuartos de cancha, los de Coudet se arrimaron con un disparo rasante de Lo Celso entrando por la izquierda que fue controlado por Sara. Luego llegaron 15' en los que el partido volvió a amesetarse, con el local manejando la pelota pero sin saber que hacer con ella. Lo que se denomina "posesión inocua" pues llegaban hasta la zona de golpeo y perdían siempre contra una atenta defensa de Boca que aprovechaba los errores a veces infantiles de los lanzadores, sobre todo de Cervi que sigue flojo.
A los 31' lo tuvo Bentancur con un muy buen cabezazo tras centro de Colazo pero la pelota salió muy cerca del palo derecho de Caranta que respiró aliviado. Con apenas solidez en el mediocampo e inteligencia para jugar de contragolpe con la velocidad de los exteriores y sus dos delanteros, este Boca alternativo tenía a un Central titular al borde del knock out. Sobre el minuto 35', Montoya y Lo Celso combinaron bien en la puerta del área y el disparo del enganche fue tapado por un muy sólido Sara. Cinco minutos después, el asedio de los de Coudet se intensificó debido a una mejora en lo colectivo y a la mala coordinación entre Magallán y Rolín.
Montoya probó de media distancia y la pelota fue detenida por Sara cerca del ángulo derecho del arco. La asistencia había sido de Lo Celso, siendo estos dos jugadores lo mejor de un Rosario Central que tenía un exceso de voluntad y buenas intenciones pero una carencia absoluta de pausa e inteligencia para poder sacarle jugo a las primeras dos virtudes. En la última jugada de la primera mitad, Salazar encontró a Ruben dentro del área con un gran pase vertical y el delantero sacó un derechazo cruzado que encontró una vez más muy bien parado a Sara.
Los segundos 45' comenzaron con el ritmo cansino que había dominado gran parte de la primera etapa, con el partido volviéndose a detener por incidentes en las tribunas - antes había sido por el intento de agresión de un "hincha" a Rodolfo Arruabarrena- hasta que José Luis Fernandez rompió hacia el centro y sacó un disparo que se fue demasiado alto como para molestar siquiera a Sara.
El Chacho Coudet tuvo que realizar la primera variante por lesión: salió Donatti y entró Colman en su lugar. Boca trató de encontrar el segundo gol con remates de media distancia, pero fueron todos bloqueados por una defensa mucho más tenaz que la del primer tiempo. Larrondo forzó a Sara a realizar una gran parada nuevamente con un cabezazo que estuvo a punto de entrar por la parte superior izquierda del arco tras un buen centro de Cervi.
Sobre el minuto 57', César Delgado sustituyó a un cansado y flojo Marco Ruben para renovar piernas en ataque y ganar algo más de pausa frente al área. En su primera intervención, el Chelito casi lo empata con un cabezazo tras envío de Montoya que terminó de convertir al arquero de Boca en la figura del partido. Con el gol al caer, pasaban los minutos hasta que el recién ingresado aprovechó un tiro libre apenas inclinado a la derecha en la medialuna para poner el 1-1. Un disparo impecable que picó antes de que Sara pudiese reaccionar y se abrió justo a tiempo para ingresar en la ratonera. Un verdadero golazo de un jugador cuya calidad nunca va a desaparecer sin importar cuantos años tenga o cuantos minutos juegue.
Boca replicó con una corrida de Palacios y una habilitación para Chávez que con su disparo no pudo doblegar a un sobrio Caranta. El Vasco Arruabarrena movió el banco para ganar velocidad en los metros finales, sacando a Palacios y poniendo en su lugar a Pavón, cambio extraño pues lo ideal era que ambos se quedasen en cancha - y más con rendimientos bajos en el mediocampo Xeneize-. Pavón tuvo una oportunidad con un disparo de media distancia, pero no fue lo suficientemente preciso y salió por encima del travesaño.
Ya sobre el minuto 80', los dos equipos se dividían la pelota y llegaban hasta 3/4 de cancha para ensayar remates que salían siempre desviados. El dominio de las acciones era de Central sin dudas, pero el circuito de juego no estaba en absoluto aceitado y solo quedaban el empuje y la vocación ofensiva para ganarlo en los minutos finales. Unos segundos más tarde, Montoya tocó con Colman en el medio, el volante encontró a Fernández a espaldas de los centrales con un pase alto exquisito y el volante bajó la pelota y definió por encima de Sara con una calidad notable para hacer estallar al Gigante de Arroyito. Un 2-1 merecido sin dudas pues Boca no era más que un conjunto de pibes, suplentes y algún que otro habitué tratando de romper líneas y Central - más allá de alguna ausencia por lesión- tenía a casi todos sus titulares en cancha. Se estaba dando el resultado esperado, pero le había costado horrores encontrar espacios y pausa para armar una jugada razonable y empezar a cerrar el partido.
Yeimar Gómez sustituyó a González en el local y Tomás Pochettino - promesa de inferiores- hizo lo propio en lugar de Colazo en el visitante. Pavón y el pibe Pochettino tuvieron en sus pies el empate pero sus sendos remates, merced de las desatenciones del fondo rosarino, no pudieron llegar a destino. Cuando ya no quedaba tiempo para nada, Salazar ganó una pelota sobre la línea de costado y tocó con Delgado, que vio el hueco enorme entre los centrales y habilitó a Larrondo que venía haciendo la diagonal. El delantero falló en el mano a mano ante Sara pero el rebote le quedó en la cabeza y no tuvo más que tocar al arco para decretar el 3-1 final.
Un triunfo que no alcanzó ni para aplacar los enojos en el club rosarino ni para dejarlo en el segundo lugar de la tabla de posiciones, pero sí para cerrar el año festejando ante su gente con la tranquilidad de haber jugado muy bien y asentado un gran estilo y de tener la clasificación a la Copa Libertadores en el bolsillo. Habrá que ver si este muy buen equipo puede jugar así si se van la mayoría de sus referentes, algo que Coudet avisó que será determinante para definir su continuidad. Con mucho que pelear en 2016, queda claro que sin figuras será imposible y que aún hay cosas para corregir en lo que refiere al juego. Ante un Boca lleno de suplentes y cumpliendo el compromiso, solo pudo empujar y atacar sin parar, con pocos retazos del juego que los trajo hasta aquí. El ingreso del Chelito Delgado fue la clave y con él el equipo se soltó más y pudo recuperar al menos el dinamismo ideal para ganarlo sin problemas. De Boca no hay mucho más que decir, a festejar los dos títulos y a poner la cabeza en remojo para encarar una nueva temporada llena de objetivos.
Síntesis:
Rosario Central: Caranta; J.L Fernández, Pinola, Donatti (Colman), Salazar; Cervi, González (Gómez), Montoya; Lo Celso; Larrondo y Ruben (César Delgado).
Boca Juniors: Sara; Monzón, Rolín, Magallán, Fuenzalida; Colazo (Pochettino), Cubas, Bentancur, Cristaldo; Chávez y Palacios (Pavón).
Goles: Chávez 9' (BJ); Delgado 63', Fernández 81', Larrondo 93' (RC).
Árbitro: Mauro Vigliano.
Estadio: Gigante de Arroyito (Rosario Central).
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